jueves, 5 de abril de 2012

SOMOS PURO CONSUMISMO

¿Porque dependemos tanto de las cosas?. Me explico: Ayer fuí a una de estas no muy grandes superficies, o supermercado, y me di cuenta de que el hecho de que esté cerrados dos días, estos centros, nos produce ansiedad por el "si me falta algo". Y claro donde voy si está cerrado. Y eso hace que compremos cosas que al final no nos hace falta.
Estamos tan metidos en la sociedad de consumo, que sin darnos cuenta somos exclavos de dicho consumo. Ya que muchos productos de los que adquirimos, no nos son necesarios. Perfectamente podemos pasar sin ellos.
No digamos del tema detergentes, abrillantadores, limpiacristales, bayetas "superdotadas", etc. ¿Como he/hemos podido vivir sin todo esto?. ¡Imposible!.
Me pregunto, ¿Como se arreglaba mi madre, sin todas estas materias?. ¡Claro! que se arreglaba. Recuerdo que los cristales, los hacía con el amoniaco o con agua, y se secaban con esos trozos de tela de sábana vieja, o cualquier otra tela que ya no servía, y quedaban los cristales estupendamente, sin las bayetas "superdotadas".Y en cuanto a los guisos, si no tenía el aderezo que nos venden, del cual hoy no podemos pasar sin él, se arreglaba con lo que había en la casa. Y tengo que decir que el arroz con pollo de mi corral, estaba que te chupabas los dedos. Y sin embargo el que hago yo ahora, tengo que ponerle, todo tipo de pastillas de caldo, para que sepa un poco a pollo.
El tema de las meriendas de los niños. Hoy les damos a elegir, ¿Quieres nocilla o nutella? o ¿Quieres bocadillo de pan con mantequilla, o pavo, o chorizo?, etc. Al final se le dice tantas cosas, que el niño no sabe que elegir. Y criamos niños caprichos, y egoistas, que nunca valoraran lo que tienen.
Cuando yo era pequeña, en mi casa se merendaba, o una orilla (de aquellos panes redondos que iba mi madre al horno, a cocer), con vino y azúcar, o con aceite y azúcar. Y en alguna ocasión podían darme alguna onza de chocolate. Y os puedo asegurar que estaba todo riquísimo. Aunque reconozco que lo del vino, no era muy apropiado para los niños, pero como soy de la Mancha, el vino es algo muy normal en las casas. Ya que casi todos los habitantes de mi pueblo, son propietarios de alguna viña.
Creo que hemos llegado a un punto, en el cual tenemos que plantearnos por nuestro bien, el no depender tanto de lo que nos quieren hacer ver, que es, imprescindible para nuestra vida. Si de diez veces, lo conseguimos siete, ya nos podemos dar por satisfechos.
Se que muchas personas que estan pasando por situaciones muy críticas, por la pérdida de su trabajo, y que ahora se tienen que arreglar como buenamente pueden, me entenderán. Afortunadamente yo no me encuentro en esa situación, pero si que a lo largo de mi vida, y ahora también, he tenido y tengo que mirar mucho mis gastos, ya que mi sueldo era y es, muy normal, y yo no tenía ni tengo otra ayuda. Aunque actualmente ya mis hijos son independientes, pero con el fantasma del paro, también en ellos.
Mi reflexión de este escrito es que NO DEPENDAMOS TANTO DEL CONSUMO Y QUE EDUQUEMOS MUJERES Y HOMBRES, RESPONSABLES, PARA QUE DEN VALOR A LO QUE LES RODEAN.

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