viernes, 14 de mayo de 2010

A MI PADRE

Hola papa, (que era como yo te llamaba). ¿Sabes?, hace poco más de un mes que te fuistes, concretamente el 11 de abril, y cada día que pasa te echo más de menos. Extraño mucho no oír, tus arranques de tu genio, que como ya casi no articulabas a decir palabras, te expresabas con los brazos, y que había que tener cuidado, porque eras capaz de dar algún tortazo.
Creo papa, que el domingo día 4 cuando fui a verte, al mediodía, que como recuerdo ya no querías comer, cuando te dije que me iba, me dijiste adios con una sonrisa, pero con una mirada, que yo vi en ella tu despedida. Y efectivamente así fue, porque esa misma noche empeoraste, y ya durante la semana tuviste altibajos, sin levantarte de la cama, y al domingo siguiente ya emprendiste el camino, que antes o después, todos tenemos que recorrer. En esto no hay ricos ni pobres, todos somos iguales.
Espero que estés feliz, junto a mama. Me imagino que te habrás encontrado con toda tu familia, y con esa madre, que tu siempre llevabas en esa foto pequeñica, que tengo yo ahora.
Tengo que deciros también, que aunque tu mama no has estado en la residencia en la cual papa, por motivos de su enfermedad, ha estado, pero se que lo sabes, hoy ha celebrado por ver primera la misa, un sacerdote que es una gran persona, muy humano, y con una gran ilusión por su vocación sacerdotal, y me he emocionado porque han hecho una dedicatoria a ti papa, y me la ha dado Julián, tu compañero de habitación. Hemos cantado la salve rociera a la Virgen, y le han regalado una virgen del Rocío, que han pintado algunos residentes, a Juan, que es como se llama este sacerdote. Ha sido muy emotivo y bonito.
Espero y deseo que allí donde estéis, seáis felices y tengáis mucha paz. Y quiero pediros que ayudéis a Pilar en su vocación por escribir, y ojala encuentre a una buena persona, como compañero. Y a Carlos que le ayudéis en la vida que ha emprendido.
Mama y papa, por favor si podéis hacer algo por el hambre que tantos seres humanos, padecen, hacerlo. Así como por todos los abusos, que también desgraciadamente, existen en este planeta llamado Tierra. Y por mi, os pido que siempre estéis a mi lado, que me perdonéis los pesada que soy pidiéndoos cosas. Que no me porte mal con nadie, y que evite a los que me quieran hacerme daño. Y como sabéis sigo disfrutando de mi vida, con el baile, y con todo lo que tenga que ver con las relaciones humanas. Continuaré en la residencia, jugando con ellos, disfrazándome de todo lo que sea necesario, con tal de que sonrían.
Os quiero, y siempre estaréis en mi corazón
Vuestra hija

Mari