CONVERSANDO CON MI HIJA

Desde hace aproximadamente dos años, conversar con mi hija es muy gratificante. Y no digo que antes no lo fuese, pero lo que ocurre es que desde que ella decidió independizarse, y vivir su propia vida, está creciendo interiormente y de una forma positiva, que hace que me sienta muy orgullosa de ella.

Siempre ha sido una niña muy adulta, y como todo intentamos justificarlo, es posible que tenga algo que ver las situaciones que ha vivido, motivadas por la trayectoria de vida que le ha tocado vivir junto a mi, y que ella no eligió.

Ayer fue uno de esos tantos días en los que hablamos, y me encanta escucharle sus experiencias sobre el comportamiento de las personas. El que se de cuenta de la suerte que tiene de haber nacido en este nuestro pais. El que valore todo lo que le rodea. El darse cuenta de cuantos seres humano, no tienen la libertad de la que ella disfruta. Y que ella perfectamente podría ser una de estas personas, por el mero hecho de nacer en otra parte, o tener otro color de piel, o no haber podido acceder a una preparación académica.

Ahora puedo hablar con ella, de esos temas privados de mi vida, y de los cuales antes era impensables el poder hacerlo (cosa que con mi hijo, aún no puedo y que tengo la esperanza de poder hacerlo algún día).

A lo largo de nuestra vida, muchos padres creen que sus hijos no se fijan en lo que ellos hacen, y están muy equivocados. Porque aunque en un primer momento no vean los frutos, y piensen que hacen lo que les dicen los amigos, yo les digo que luego cambian y se comportan según las pautas de sus primogenitos. Es decir que no nos fijemos tanto en la herencia genética, sino en el aprendizaje de su día a día.

Aunque penseis que soy un poco orgullosa, no es así. Pero si tengo que decir que me siento muy bien de haber transmitido a mis hijos: RESPONSABILIDAD, INDEPENDECIA Y RESPETO, porque para mi son pautas obligadas para caminar por este planeta.

María Casamayor

¿COMO SE PUEDE AYUDAR A UNA PERSONA QUE SUFRE DESAMOR?

Es imposible hacerlo. Porque cuando sufrimos desamor, somo incapaces de ver más allá de nuestras narices. Y por tanto solamente vemos todo lo negativo que ha ocurrido en la relación con la otra parte de la pareja, nunca reparamos en lo positivo. Y si tenemos la suerte de pararnos y ver que si la hubo, tiene que pasar mucho tiempo, para que esto ocurra.
En este momento tengo ese problema en mi vida. Por un lado alguien tan querido como es un hijo. Y por otro lado una persona a al cual tengo un gran cariño, a pesar de no conocerla personalmente, si no a través de cámara de ordenador, y de fotos. Pero si aprecio de que es una gran persona, al igual que su familia. Personas sencillas y con una gran riqueza interna.
Tengo a mi hijo, que es una gran persona, con una gran sensibilidad. Con un gran corazón, que no duda en ayudar a quien lo necesite. Muy responsable en su trabajo, y que siempre que lo necesites él está ahí. ¡Pero! es una persona muy enamoradiza, y que me atrevo a decir que es muy pasional. Que da todo de él cuando se enamora, cosa que está muy bien, pero de una forma rápida, cosa que no está tan bien. Y que cuando dice hasta aquí llegó, y se terminó, termina y da pocas explicaciones. Piensa que su verdad es la buena, y se encierra en si mismo, sin compartir ni escuchar otras opiniones, y así poder ver si está o no equivocado. Porque sabemos que en muchas ocasiones creemos que estamos en posesión de la verdad, pero no nos damos cuenta que hay tantas verdades, como seres en el planeta. Y que la opinión de los demás nos puede ayudar. El no lo ve de esta manera.
Por otro lado tiene que cuando se enamora, te hace partícipe de su enamoramiento, y yo como madre entro al trapo, y entro a formar parte de la historia de mi hijo, hablando con su pareja, y de alguna forma encariñándome con ella. Y llega el desenlace y que ocurre, pués que la otra parte se ampara en mí para que le ayude, porque ella sigue enamorada de mi hijo. Y que haces. Os puedo decir que es muy dificil, porque aunque no te guste el comportamiento de tu hijo, es tu hijo, y yo tengo muy claro que debo de estar ahí. Y por otro lado quieres ayudar a esa chica que todo lo ve gris, y es tremendamente dificil.
Por mi forma de ser, intentaré seguir ayudando a los dos. ¡Pero eso si!, me he prometido que no quiero que me haga partícipe de sus enamoramientos, hasta que no me diga que va a compartir con esa o esta persona su vida. No quiero intimidar, porque es la segunda vez que me ocurre, y lo paso muy mal viendo sufrir a las personas.
Sinceramente estoy preocupada, porque me gustaría que mi hijo fuese más maduro, y se diera cuenta de que no se puede ir por la vida de esta forma. Pero no os molesteis los masculinos, pero el noventa por ciento de los vosotros, teneis un elevado grado de inmadurez, y eso hace daño a las personas que se cruzan en vuestro camino, y a la vez os haceis daño a vosotros mismos, aunque no lo querais ver.

NO SE COMO AYUDAR A MI HIJO A QUE ADQUIERA MADUREZ.

María