domingo, 11 de agosto de 2013

NOSOTROS PODRIAMOS SER UNO DE ELLOS

Me considero persona creyente, aunque no practicante y todos los domingos suelo desayunar, viendo la segunda cadena de la televisión pública (esto de pública es muy relativo). Pero bueno a lo que iba, a esa hora suelen poner en antena, aparte de la misa, testimonios personales y reportajes sobre personas que trabajan al servicio de los demás, tanto en España como en otros países, dentro del apartado "Pueblo de Dios"
 
Hoy concretamente ha sido dedicado a Dª Cristina Antolín. Doctora, cirujano y misionera en Camerún.
 
Y es impresionante el ver a esta mujer, con una gran sonrisa, intentando salvar a todo el que puede, y derramando una lagrima por aquel que se le ha escapado del mundo de los vivos.
 
Y yo cuando veo personas de esta características, que, efectivamente son ayudadas por alguna organización, pero ellas/os dejan todas las comodidades a las cuales yo me he acostumbrado.
 
Es cierto que cuando yo era  adolescente, más de una persona de mi generación (por lo menos a mi me pasó), nos hubiese gustado ser voluntarias, pero eran otros tiempos en el cual la movilidad era escasa.
 
A lo largo de mis años, yo he aceptado la vida que me ha tocado vivir, que por supuesto es muy cómoda, y he comprendido que cada ser humano que habitamos este planeta tenemos una tarea a realizar.
 
Mi destino no era el de ser voluntaria físicamente, pero si puedo y debo de ser voluntaria en ayuda económica. Porque mis donativos aunque no sean muy grandes, se que sirven de mucho en otros países.
 
Con motivo de esta gran crisis que estamos sufriendo, muchas personas de mi país necesitan ayuda, y yo consciente de mi obligación, aporto lo que puedo.
 
También estoy comprobando en mi propio yo, que cuanto más doy, más me viene. ¿De que manera?, de muchas. Y la más importante que recibo, es la alegría interna, que yo experimento. El estar feliz conmigo misma. Tantas y tantas cosas, de las que yo no soy dueña, sino que ALGUIEN, se encarga de que me lleguen.
 
Volviendo a esta misionera, me paro a pensar en ese sector de la iglesia católica, que se dedica a predicar desde sus grandes comodidades, incluidas sus numerosas comilonas, sus abusos de toda índole. Y además se atreven a calificarse como representantes de Dios en la tierra. Es triste.
 
Desde este mi pequeño apartado, pido que a esas personas no les falte la fuerza, para seguir luchando ayudando a los demás. Y por mi pido para que nunca me agarre a lo material, y sepa desprenderme de aquello que se me da.
 
Y quiero dejaros a los que me seguís, la reflexión que yo me hago cada día:
YO PODRÍA SER UNO DE ELLOS/AS, etc. porque yo no elegí donde nacer, al igual que ellos no lo eligieron.
 
POR FAVOR DESDE NUESTRO SITIO, SEAMOS SOLIDARIOS. TODOS PODEMOS SERLO.