sábado, 25 de mayo de 2013

¿COMPLEJOS?

Siguiendo con mis experiencias, y siempre aprendiendo de las personas con las que me voy encontrando en mi camino, o con las situaciones que se me presentan, he reparado que con aquellas con la cuales converso, siempre me hablan de sus amistades, o de las personas que han conocido, y todas ellas son: médicos, militares de alta graduación, ingenieros, profesores, políticos, arquitectos, etc. Pero jamás me han dicho que tenga un conocido o amigo que es pobre, y está pidiendo limosna en la calle, o que se gane la vida interpretando música en el metro.
 
Aunque el ser fontanero, tendero, albañil, electricista, o chapuzas varias, es mejor que lo anterior, tampoco figuran entre sus amistades. Y mirándolo egoístamente, tener entre los amigos a unos de estos profesionales, es un chollo.
 
En cuanto al tema "chica de servicio". Presumen de haberla, y que la trataban muy bien, porque comía con ellos en la misma mesa. ¡Aleluya!, y encima hay que dar las gracias, porque en otras familias, dichas "chicas", comían en la cocina. Y disponibles las veinticuatro horas del día.
 
En ese entorno, tampoco figuran conocidos que estén en la cárcel. O bien por robar para comer, o por droga, o por matar a otra persona, etc.
 
No me gusta generalizar y decir que todas opinan así, pero la mayoría tengo que reconocer que sí. Y también he de decir que son personas bastante mayores, y alguna de ellas ha tenido el privilegio de ser hija de militar, y por supuesto presume de que su padre conseguía lo que se proponía, y todo en la época de la dictadura de nuestro país. Y ¡como no!, si era militar, obtenía lo que quería.
 
¿Por qué el ser humano necesita/mos presumir de ese ego absurdo?, que pasa que ¿Por codearnos con estas personas de alto rango laboral/social, somos más felices?, ¿Nos van a dar algo de lo que ellos tienen?.
 
Porque no pensamos que lo más importante del ser humano, es como es su interior, como son sus sentimientos. Y porque no reparamos que muchas personas no han tenido la misma oportunidad que otras, y por motivos que en muchas ocasiones se desconocen, su camino se tuerce y no saben enderezarlo. Y lo más importante, no han encontrado personas que les ayuden a hacerlo.
 
Cuanto más presumen de su pasado, más solitarios/as están ahora. Eso es lo que yo estoy comprobando.
 
Aprendamos y desechemos esos aires de grandeza, que en el fondo son COMPLEJOS DE INFERIORIDAD, y reconozcamos que todos tenemos derecho a una situación laboral/cultural digna, pero que desgraciadamente, no es así.

jueves, 16 de mayo de 2013

ME SIGO DANDO "TORTAZOS"

A lo largo de toda mi vida, me he dado bastante tortazos, por decir las cosas a la cara y sin rodeos. Y miles de veces me he hecho el propósito de no volverlo hacer, y siempre he fracasado en el intento. Y ahora conforme voy cumpliendo años, la verdad es que no me apetece ni siquiera pensar en modificar mi comportamiento.
 
Como ser humano que soy, no me hace ni pizca de gracia equivocarme. Soy orgullosa, y me humilla el reconocer mi equivocación. Sin embargo, con el tiempo que todo lo cura y todo modifica, he aprendido que no es ninguna humillación, el pedir disculpas o perdón, cuando me he dado cuenta de que he hecho daño. Al revés, para mi el hacerlo, es darme paz interior, que es a lo que yo aspiro cada día que amanece.
 
En numerosas ocasiones, me han advertido personas de mi entorno,  de que por mi forma de expresarme y comportarme, es muy fácil que me confundan, y lleguen a tomarse unas licencias que yo no he dado. Y siempre digo lo mismo, el día que eso ocurra, a esa persona que se pase del límite, le paro en seco, y le digo "amiguito/ta te has confundido".
 
Yo soy consciente de que lo anterior me puede ocurrir, y de hecho ya me ocurrió. Le dije a un chico (era en mis años mozos) que iba muy guapo vestido, y al día siguiente me vino a preguntar que cuando quedábamos para salir. Salir ¿A donde y porque?, le pregunté, y él me contestó "es que como te gusto", ¿A mi?, "si me dijiste ayer que estaba muy guapo. ¡Dios!, pero si a mí, me parece que un hombre o una mujer, están guapos, se lo digo, y no por eso me gustan.
 
Todo eso me ocurrió en mi trabajo, y él era un compañero. Y sí, tengo que reconocer que me ha pasado alguna vez más, pero me da igual lo seguiré haciendo.
 
Claro, que si fuese hipócrita como tantas personas ¿Me iría mejor?, es posible, pero estoy segura de que yo no tendría la misma serenidad que tengo. Aunque también es cierto que me complicaría menos la vida.
 
Cada ser humano, hemos venido al mundo de los vivos a desempeñar una función. A mi me ha tocado la de ir por línea recta, y ¿Por qué voy a coger curvas?, si ni siquiera me gustan en la carretera.
 
Cuando alguien me empieza a contar determinada historia, y se anda con rodeos, me desespera un poco. Y si andan con secretismos, más aún.
 
Me parezco bastante al refrán que dice, LAS COSAS CLARAS Y EL CHOCOLATE ESPESO.
 
Tuve una madre, que me inculcó esta forma de ser, y me siento muy orgullosa, a pesar de darme TORTAZOS. 

martes, 7 de mayo de 2013

LLEGAR A MAYOR ¿SIN CARIÑOS?

Cuando yo hablaba con mi madre, sobre el no callarse a lo que te incomodaba, siempre me decía los siguiente "nena (para ella siempre fui su nena), cuando una va notando que tus piernas ya no te llevan, que tu memoria, también se va deteriorando, te acobardas porque ves que necesitas ayuda, y eso implica el que no te atrevas a decir las cosas que sientes".
 
Aunque esto seguro que es verdad, por suerte yo aún no estoy en esa etapa, sigo pensando que uno no debe de callarse, y si tus seres queridos no son capaces de darte esos afectos tan importantes para vivir, hay que decirlo. Porque después les va a ocurrir a ellos. La vida es un como la "pescadilla que se muerde la cola", un día serás cabeza, pero después serás la cola, y te pasará lo mismo.
 
El problema es que cuando somos jóvenes, creemos que nunca vamos a llegar a la famosa "tercera edad", porque la vemos tan lejana, que somos tan absurdos, y no reparamos en que llega muy pronto.
 
Tengo cerca de mi a un persona que con sus 88 años, tiene este problema. Habiendo tenido una niñez al igual que su juventud, bastante buena para aquellos tiempos. Posteriormente un matrimonio muy fugaz, también bueno, ahora se enfrenta a una soledad bastante importante.
 
Esta persona al quedarse viuda, acabó sus estudios, y ejerció de profesora de historia. Es bastante culta y el problema más importante que yo veo, es que es muy difícil encontrar en la residencia en la cual está, personas con las que pueda entablar una conversación. Porque las que tienen su nivel cultural, tienen unas demencias seniles, que les es muy difícil dialogar.
 
Se esforzó por darle una educación y una posición laboral, a su hijo. Y por no se que, este hijo, (que por cierto es el único que tiene), la visita una vez a la semana, y durante una media hora, y sin sacarla a dar un paseo.
 
Esta persona sufre bastante, y cuando la animo a que hable con él, le da miedo. En alguna ocasión lo ha hecho, y claro es tanto lo que se aguanta que cuando no puede más, como se suele decir "revienta". Y después se arrepiente, por haberle hecho daño a su hijo, cosa que no estoy de acuerdo.
 
Ha sido muy espléndida con el dinero, pero como ahora ya le escasea, los primos y demás parientes, no se acuerdan ni de llamarla por teléfono. Y el hijo, por compromiso.
 
Me preocupan bastante las personas mayores. Tienen mucha soledad. Por favor no las olvidemos, porque NOSOTROS TAMBIEN VAMOS A SER MAYORES.