martes, 3 de febrero de 2009

LA PERDIDA DE LA ILUSION

Me entristece mucho, cuando me encuentro con una persona que ha perdido la ilusión por la vida. Y me entristece mucho más, cuando compruebo que no puedo ayudarla, porque no quiere que la ayuden. Y es inútil decirle, contarle, etc. Nada le hace reflexionar y darse cuenta de que la vida merece la pena vivirla, y que todo lo que nos rodea, es importante.
En este momento, tengo a una persona a la cual yo quiero, en ese estado. Y no porque sea bastante mayor, tiene que tirar la toalla. Además ha sido una mujer muy trabajadora, muy activa, y con una mente muy lúcida. Y aunque ella por si sola decidió vivir en una residencia de mayores, seguía con su actividad, tanto cosiendo, como haciendo otros trabajos de escritura, lectura, etc. Pero por una subida de su tensión arterial, se encuentra deprimida y con muchas ganas de dejar el mundo de los vivos.
Lo que si estoy comprobando desde que visito este centro de mayores, es el poco o mucho cariño que tienen los familiares hacía estas personas. Y desde luego es muy importante ese amor, para que ellos quieran vivir. Y creo que a esta amiga mia, realmente es eso lo que le pasa. Porque se parte de su historia por ella, pero ¡claro! no se la historia por parte de sus familiares. El caso es que creo que tiene pocas visitas, por parte de hijos, nueras y nietos.
Sin meternos en quien tiene la razón de esta historia, lo que si es cierto es que todos vamos a llegar a ser mayores, y que tengamos muy presente que lo que sembremos vamos a rcoger en un futuro, y no muy lejano. Porque a veces creemos que nos queda mucho tiempo para llegar a estar, como están nuestros mayores, y no es así: El tiempo pasa muy rápido.
Cuan esto ocurre con personas jóvenes, el tema es mucho más complicado, y mucho más difícil de solucionar, porque es muchas ocasiones no se dejan ayudar, y menos por los padres. Y por más que les dices que tienen una vida por delante, que tienen un bonito cuerpo, un bonito pelo, y que son preciosos/as. Lo único que te contestan es: ¡Claro! como eres mi madre, por eso me ves así.
Reconozco que tengo suerte, porque mis hijos de momento no están en ese atolladero. Que Dios me ayude, para que no les pase, y si les pasa que yo sea de ayuda para ellos.
Lo que si tengo muy claro, es que el amor tiene mucha importancia, tanto con mi padre que tiene 82 años, y que no sabe quien soy cuando voy a verlo (que suelo ir todos los días), pero si sabe que soy alguien que le quiere, y se le alegra la cara y se emociona.
Y en cuanto a mis hijos, suelo decirles que les quiero muy a menudo, aunque eso no implica que no dicutamos, pero reconozco que me gusta decirles que los quiero. Y eso lo he ido aprendiendo a lo largo de mi vida, porque antes yo no tenía estos comportamientos. Y sabeis una cosa
QUE DEBERIAMOS DECIRNOS LOS HUMANOS LO MUCHO QUE NOS QUEREMOS. CREO QUE ES MUY NECESARIO EN LOS TIEMPOS QUE CORREN.
Si leeis mi blog, hacerme caso y poner en práctica este comportamiento, es precioso.
María

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