jueves, 11 de diciembre de 2008

CONVERSANDO CON MI HIJA

Desde hace aproximadamente dos años, conversar con mi hija es muy gratificante. Y no digo que antes no lo fuese, pero lo que ocurre es que desde que ella decidió independizarse, y vivir su propia vida, está creciendo interiormente y de una forma positiva, que hace que me sienta muy orgullosa de ella.
Siempre ha sido una niña muy adulta, y como todo intentamos justificarlo, es posible que tenga algo que ver las situaciones que ha vivido, motivadas por la trayectoria de vida que le ha tocado vivir junto a mi, y que ella no eligió.
Ayer fue uno de esos tantos días en los que hablamos, y me encanta escucharle sus experiencias sobre el comportamiento de las personas. El que se de cuenta de la suerte que tiene de haber nacido en este nuestro pais. El que valore todo lo que le rodea. El darse cuenta de cuantos seres humano, no tienen la libertad de la que ella disfruta. Y que ella perfectamente podría ser una de estas personas, por el mero hecho de nacer en otra parte, o tener otro color de piel, o no haber podido acceder a una preparación académica.
Ahora puedo hablar con ella, de esos temas privados de mi vida, y de los cuales antes era impensables el poder hacerlo (cosa que con mi hijo, aún no puedo y que tengo la esperanza de poder hacerlo algún día).
A lo largo de nuestra vida, muchos padres creen que sus hijos no se fijan en lo que ellos hacen, y están muy equivocados. Porque aunque en un primer momento no vean los frutos, y piensen que hacen lo que les dicen los amigos, yo les digo que luego cambian y se comportan según las pautas de sus primogenitos. Es decir que no nos fijemos tanto en la herencia genética, sino en el aprendizaje de su día a día.
Aunque penseis que soy un poco orgullosa, no es así. Pero si tengo que decir que me siento muy bien de haber transmitido a mis hijos: RESPONSABILIDAD, INDEPENDECIA Y RESPETO, porque para mi son pautas obligadas para caminar por este planeta.
María Casamayor

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