El pasado día 21 y en mi clase de yoga, el profesor hizo algo muy bonito y es invitarnos a leer poesía. Y aunque leer parezca una cosa de lo más normal entre adultos, pues tengo que decirles que no es así, porque ocurrió que dos personas se marcharon con la justificación de que tenían que hacer algunos recados. Otras dos, que no podian leer por no tener gafas.
Yo creía que cuando nos vamos cumpliendo años, el miedo a "salir a la pizarra", se había suavizado, yo por lo menos me lo aplico, pero he comprobado que nos es así. El sentido al ridículo, nos persigue toda la vida, y no nos deja liberarnos y ser personas normales. No aceptamos el que el otro lo haga, mejor que uno mismo.
Como ser humano que soy, por supuesto que tengo estos comportamientos, pero intento cada día, dejar en el camino parte de ellos, aunque se que siempre me acompañará alguno.
El mensaje que yo quiero dejar hoy aqui, es que os libereis lo antes posible de este ORGULLO, porque realmente el ridículo que sentimos, simplemente es porque somos orgullosos. Y las personas jóvenes, aprender para que no llegueis a la tercera edad con este condicionamiento.
María
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