sábado, 4 de julio de 2015

CONFESION DE UN APARTADO DE MI VIDA

Con la experiencia de mi historia, me veo capacitada para escribir sobre este tema. Aunque es cierto que lo he tocado en alguno de mis escrito, pero no ha sido con mucha profundidad.
 
Aunque siempre justificamos nuestras situaciones o comportamientos, tengo que argumentar en mi favor, que cuando me llegó la separación del que era mi marido, mis hijos tenían tres años la mayor, y cinco meses el pequeño. Y por aquel entonces esto no era habitual. De echo cuando ahora recordamos tiempos pasados mi hija y yo, ella siempre me dice que en su colegio (con sus siete años), solamente había una niña con padres separados, y mis hijos.
 
Sea la culpa de quien sea, y que al final cuando se analiza fríamente, la culpa es de los dos. Y no me refiero solamente a que haya una tercera persona por medio, y a la cual se le echa toda la culpa.  Esto no es así, es la pareja la culpable. Porque si uno no quiere por mucho que aparezca la Venus de Milo, o el hombre más guapo, no tiene porque romperse esa unión. Por lo tanto el culpable de esta parte, es la que se "lia", con ... Y en cuanto a la otra parte, que siempre damos por echo que es un pobrecito/a, tengo que decir que también tiene mucha culpa, por consentir comportamientos a su pareja,  que no eran adecuados para una vida en común, y debería de haber cortado antes de llegar a esa situación. Y ahí me veo reflejada.
 
El problema principal es cuando hay hijos, y mi caso, como he dicho anterior era así. Te sientes culpable de que crezcan con padres separados. Y con el tiempo te das cuenta que es lo mejor cuando no hay entendimiento entre ambos. Pero no es fácil ver en positivo hasta que no pasa por lo menos un año. A partir de ahí, doy fe de que se consigue, y por lo tanto me dije a mi misma "todo tiene remedio menos la muerte", y procuro siempre ver el vaso medio lleno, nunca medio vacío.
 
El tema de los niños es aparte. En mi caso la tercera persona, se empeñaba en hacerle ver a mis hijos la suerte que tenían por tener dos casas, y así tendrían doble regalos de los Reyes Magos. Por favor estas chorradas, no hay que decirlas nunca. Los niños son muy inteligentes, y saben afrontar estos problemas mejor que los adultos.
 
Yo tengo un caso en mi familia, en la que uno de los niños le decía a mi hija "me gustaría que mis padres se separasen, porque siempre están discutiendo". Y cuidado que la edad era de ocho años.
 
Con esto no estoy haciendo apología de la separación de pareja, nada más lejos. Para mí ha sido una gran cruz durante bastantes años, (ahora ya no). Me hubiese gustado recorrer el camino con mi pareja, y sin
embargo no ha sido así. Y he aprendido a vivir sola (que por cierto tampoco se está tan mal).
 
Y con todo mi aprendizaje, a los hijos hay que hablarles lo más natural posible. Haciéndoles ver que tienen un padre y una madre, que aunque no estén juntos, les quieren igual. Y sin hacerles ver las cosas de color de rosa, simplemente del color que son, explicándoles dentro de su entender la situación. Ellos son tan buenos jueces, que ponen en su sitio a cada uno de sus progenitores.
 
Y a las parejas que tienen la suerte de entenderse, enhorabuena. Y las que no se separan por el que dirán, y porque además creen que estando juntos y discutiendo a cada momento, sus hijos serán mejores personas. A estos últimos les digo que están totalmente equivocados, porque a los hijos hay que darles seguridad, y eso cualquiera de los padres o madres con los que se queden, si ambos son personas sensatas, esos niños crecerán con alegría y serán igualmente grandes responsables. Eso sí hay que ser como una roca, para que ellos se puedan apoyar sin caerse.
 
Resumen de mi confesión, MENTIRAS A LOS HIJOS, NUNCA. E INTENTAR DARLES UNOS BUENOS CIMIENTOS QUE SERAN DONDE SE APOYEN TODA SU VIDA.

No hay comentarios: