domingo, 9 de junio de 2013

LA FRIALDAD DE LOS HOGARES

Que importante es para mí y me imagino que para muchas otras personas, el calor familiar, el calor de la amistad, el sentirte a gusto en el donde y con quien. Y esto mismo me pasa con las casas. Es decir con el contenido de nuestros hogares.
 
Me he encontrado y me encuentro varias veces, compartiendo una comida sin grandes manjares, en una casa sencilla, sin suntuosos mobiliarios, pero con un estar a gusto, que no tiene precio.
 
En otras ocasiones, también he compartido un café, en otra casa en la cual no sabía donde poner la taza, fuera de la bandeja. Estaba todo tan perfecto y todo tan suntuoso, que hasta respirar incomodaba.
 
Si alguien me pregunta en donde me he encontrado más a gusto, sin dudarlo, en la primera.
 
Puedes estar en una chabola, del barrio más dejado de la mano de Dios, y estar a gusto, con las personas que allí viven. Y sin embargo te pueden invitar al más lujoso piso, chalet, etc. y encontrarte tan incomodo, que yo estoy deseando salir de allí.
 
Me pregunto, ¿esas personas son conscientes de lo que ocurre en sus hogares?. Porque no te puedes mover, no sabes como ponerte. Y realmente son ellos/as las que hacen que te sientas así.
 
En este tema, me siento una privilegiada, porque quien viene a mi casa me dice que se siente muy a gusto en ella. Incluso hemos celebrado cumpleaños de algún amigo, porque en su casa no se sentía así. Y esto permitirme que aunque parezca un signo de orgullo, cosa que no lo es, a mi me da satisfacción.
 
Para mi, las casa (su interior) más frias, son las de los "nuevos ricos".  Están atestadas de muebles caros, pero horrendos. Y es que les ha venido tan de golpe el dinero, que no saben donde colocarlo para que los demás lo vean.
 
También me hace bastante gracia, las personas que no usan determinadas zonas de las casas, y tampoco por supuesto sus muebles, para que no se estropeen, solamente se usan cuando hay visita.
 
Creo que muchas personas se creen eterna, y todos sabemos que no es así. Por lo tanto disfrutemos de nuestras viviendas. Hagámoslas acogedoras, pero no con muebles, sino con personas. Porque lo físico no sirve de nada, si nosotros no nos damos a los demás.
 
Y demos la importancia que tienen las casas, que son las de protegernos. Pero no pensemos que por tener una más grande o más pequeña, eso hace que se sientan bien los que no visitan. PORQUE ESO SOLO LO TRANSMITEN LAS PERSONAS QUE LAS HABITAN.

No hay comentarios: