viernes, 16 de mayo de 2008

LECCION DE HUMILDAD

El pasado miércoles día 14, me ocurrió una situación que me enseñó que tengo que seguir contando hasta no se que número, antes de hablar.

Os cuento: Normalmente todos los miércoles por la mañana, voy a la calle Tutor a tomar mi clase de baile de tango, milonga o valsecito. Como es zona azul y normalmente voy con el coche, (ya que siempre salgo con la hora justa, y no me da tiempo a ir en autobús) tengo que poner un ticket de la hora. Y aunque no estaría tanto tiempo, pero por si acaso, puse mi citado ticket desde las 11,48 hasta las 12,48. Y cual no sería mi sorpresa que cuando fuí a las 12,40 me encontré con una multa, que había sido realizada a las 12,32. Ni que decir tiene que me molestó mucho, y que además yo que tenía toda la razón no entendía la razón de esta denuncia, si todavía no habia terminado el tiempo de mi boleto.

Me fuí a buscar a la persona que llevaba esa zona. No la encontré. Hablé con el barrendero de esa calle, y como siempre somos los humanos tan dados a dar nuestra opinión, y a creer que llevamos toda la razón, yo no iba a ser menos, el barrendero me daba la razón.

Como seguía sin encontrar a esta persona, llamé al Ayuntamiento y posteriormente ellos me dieron el número de teléfono del departamento correspondiente.

Resuelto todo el tema, se personó la citada persona, y afortunadamente como ya había pasado algún tiempo, yo estaba bastante serena (bueno tan poco me había enfadado demasiado, ya que actualmente veo las cosas, con bastante serenidad), y le dije: Por favor ¿Porque me ha multado, no entiendo el motivo, si yo he pagado por una hora ?. El señor muy sereno me dijo "me lo imaginaba, cuando me lo ha dicho mi jefe, ¿No se ha dado cuenta vd. que ha apartacado entre placas?. ¡Tierra trágame!. Salí hasta el centro de la calle para ver que era verdad lo que me decía. No me había visto las citadas placas. Y es más yo había aparcado porque había salido un coche y había dejado ese sitio libre, y porque además era la fachada de un banco. ¡Pero! no había reparado en que a continuación había una frutería, y por eso estaban estas placas.

Le pedí no se cuantas disculpas a este señor, e intenté convercerle para que me dejara llamar al mismo número de teléfono al que había llamado para quejarme, pero ahora para decir que la culpa era mia, y no de él. Pero en ningún momento me dejó hacerlo.

Después de hablar de mi equivocación, me dijo que intentaría ayudarme hablando con su jefe, porque él veía que yo era una gran persona, y que normalmente no se encontraba con gente que reconocieran su error, No tengo ni idea de si me podrá ayudar, ya que la cuantía de la multa es de 180 €, y para mi bolsillo, es mucho, pero si tengo que pagarla, la pagaré, porque el error fué mio.

Como de todas las situaciónes se aprende algo, yo he aprendio a fijarme más por donde voy, y a reflexionar antes de hacerme una versión equivocada, y a no olvidar esta GRAN LECCIÓN DE HUMILDAD, que me dió una persona sencilla, que lo único que hace es cumplir con su trabajo.

Todos los días aprendo algo nuevo, y eso hace que me sienta viva, y que me sienta feliz. Es muy gratificante.

María

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