martes, 12 de febrero de 2008

¡CUANTO CONDICIONA LA EDAD!

A lo largo de mi vida y en numerosas ocasiones, yo he luchado porque las personas de mi alrdedor, o las que iba conociendo en mi día a día, se integrasen y no se sintieran descriminadas. A día de hoy sigo haciendo lo mismo. Y no reparo en la edad que tienen, porque ese detalle me da igual, siempre que tengan las ganas y la ilusión por seguir aprendiendo, por ser tolerantes y repetuosos, tanto con los más jóvenes, como con los menos jóvenes.

Cuantas veces decimos "yo no soy racista". Y no nos damos cuenta de que hay muchas formas de ser racista, no solamente está la de que admitamos a las personas con distinto color al nuestro, sino que somos racistas de muchas maneras.

Actualmente, yo me estoy encontrando con un racismo muy grande de los jóvenes, hacía los que no somos tan jóvenes. Me explico: En esta etapa de mi vida, me estoy moviendo en un ambiente de baile, como es el tango. Jamás pensé que yo iba a practicar esta modalidad de danza, al decir verdad ni esta ni otra, pués en todos mis años pasados, no se me presentó esta oportunidad. Y tengo que decir que el tango te "engancha o no te engancha", no hay medias tintas. A mi me ha enganchado, ¡Pero! señores, he llegado tarde. Tengo muchos años, y aunque llegara a bailar muy bien, cosa que por ahora está muy lejos de mi, ya no tengo la oportunidad de bailar con los masculinos entre veinticinco y cuarenta años, ya que yo soy "muy carroza", y no entro en su circulo de féminas para invitar a bailar. Y os aseguro que es triste, y que conste que yo no me puedo quejar, ya que yo voy acompañada por una persona que a pesar de tener bastantes años más que yo, baila muy bien con su estilo porteño, sin introducir muchas cosas nuevas, pero tengo que reconocer que lo hace con mucha carencia, y llevando fenomenalmente el compás. ¡Pero que pasa!, pues algo tan sencillo como que se cae en una monotonía cuando siempre se baila con la misma persona, y a las féminas nos gusta que nos inviten otros hombres a bailar, ya que se aprende mucho, porque cada uno de ellos tiene distinta forma de hacer que la mujer luzca la técnica aprendida.

Pero como digo anteriormente, yo no me puedo quejar. Lo que si me pone triste, es el ver como muchas chicas, por el hecho de tener algunos añitos, se van del baile sin que nadie les invite a bailar. Y yo reconozco que actualmente hay una serie de chicos jóvenes que a las mujeres nos gusta mucho como bailan, porque como digo los que tienen más años, no introducen cosas nuevas y estos jóvenes si lo hacen, porque son de la nueva escuela, y porque los mayores son incapaces de seguir aprendiendo, y no saben que aprender es toda la vida. Pero como en todo y esto no iba a ser una excepción, en cuanto sabes cuatro pasos, dejan de ir a clase. Yo no lo entiendo.

Volviendo al título de mi escrito, por primera vez me siento mal con mi edad, porque no me deja de disfrutar de algo que me emociona y me encanta, y es bailar tango. Me encantaría el que las mujeres también fuera normal invitar a bailar, como lo hace el hombre, pero eso yo lo hago con dos o tres personas, pero nada más.

Y dicho todo lo anterior, ¿No es cierto que se puede ser racista de muchas maneras?. Los jóvenes sois muy racistas con las mujeres mayores. Sin embargo el hombre mayor, si que invita a bailar a la chica joven, y ésta aunque no le guste por educación no le dice que no, y baila con él. En muy raras ocasiones una mujer rechaza la invitación de un hombre, aunque éste no baile bien, o no le guste por algún otro tema.

Aunque se que mis escrito no los leen ni jóvenes ni viejos, pero si por casualidad lo leeis alguno, y si estais a tiempo, dejar de ser racistas, porque tener en cuenta que conforme actuéis ahora vosotros, así actuarán cuando seais mayores con vosotros. Y que teneis mucha suerte de ser jóvenes y poder saborear el placer de bailar, yo como siempre he llegado tarde a todo, a estudiar, a bailar, etc. y hacer tantas cosas que me hubiese gustado hacer. ¡Pero!, no por eso me voy a poner triste, nada de nada, ya que la vida no es solamente bailar, hay muchísimas cosas más con las que ser feliz. Y he vivido muchos años sin el tango, por tanto cuando no me encuentre cómoda, dejo de ir y en paz.

Por cierto, se me olvidaba otro apartado muy importante, y es el de aquellos jóvenes que cuando empiezan a bailar, son encantadores y no solamente porque entonces si que bailan con las mujeres mayores, sino porque son sencillos y agradables, ¡Pero! cuando ya se saben deslizar un poco mejor por la pista, se olvidan de las féminas mayores, solamente se acuerdan de ellas, cuando van a abrir una milonga, y lo más triste se cogen un ego tan grande, que resultan simplemente imbéciles., y si antes te saludaban, ahora ni te conocen. POBRES HUMANOS, NO SE DAN CUENTA DE QUE LOS AÑOS TAMBIÉN PASAN PARA ELLOS.

No hay comentarios: