martes, 10 de diciembre de 2013

ANTE TODO, SER POSITIVOS

En este diez de diciembre que, ya está terminando, se ha celebrado el funeral por ese gran hombre que fue, Nelson Mandela. Hombre que con sus defectos como todo humano, demostró a todo el planeta Tierra, que se puede convivir, si se quiere. Que la diferencia de color, o de riqueza, no es un obstáculo, para llevarse bien, entre las personas. Porque no dudemos ni un segundo que, todos somos personas.
 
Los que tenemos una determinada edad, sabemos de las cualidades humanas de este gran señor. Pero realmente lo que yo quiero destacar en mi escrito, es esa gran alegría que exteriorizaba el pueblo africano, algo que a nuestra cultura nos cuesta entender. Y ¿porque no lo entendemos?. Vivimos en un país, como es nuestra España en la cual, sabemos que tenemos que morir, pero no queremos aceptarlo, porque en el fondo nos creemos inmortales. 
 
En mi vida, ya se me han ido mis padres. Mi madre con 82 años, con una mente privilegiada, con una calidad de vida, aceptable, y se marchó. Cada día me acuerdo de ella, y le cuento mis cosas, y le pido ayuda, y se que está conmigo. Mi padre con 93 años, con un alzheimer, que en los últimos cuatro meses, ni sabía quien era él, ni quienes éramos sus hijos. Cada día también me acuerdo de él, y le hablo como cuando no tenía la enfermedad, y como si ambos estuviesen presente en torno a la mesa camilla.
 
Aunque lo  más duro ha sido perder a mi prima Maribel. Ella tenía 62 años. Con una capacidad humana muy grande. Una gran mujer, que siempre disponía de tiempo, para escuchar a todo aquel que la necesitaba. Echo de menos nuestras extensas conversaciones telefónicas.
 
Mis padres, sintiendo mucho su ausencia, reconozco que ya tenían hecha su vida, sin embargo a Maribel, aún le quedaba vida por realizar.
 
Mi planteamiento ante la muerte de mis seres queridos es, la de recordar los ratos buenos y malos que he pasado junto a ellos. Que soy una privilegiada por, haber tenido la oportunidad de disfrutar de mis padres y de mi prima. Que con mis padres, he realizado viajes muy bonitos, los cuales los recuerdos en las fotos que quedan. Con mi prima he compartido comida de la asociación de mujeres de mi pueblo. He bailado tango para mis paisanos, porque ella fue la que lo organizó, y también quedan las fotos. Técnica muy útil para saber que lo que allí se plasma, existió.
 
Por eso digo que entiendo la alegría de los africanos. Ellos están felices porque ha existido un hombre que les ha dejado una herencia difícil de superar, y lo que tienen que hacer es mantenerla, no dejar que nadie se la arrebate.
 
Cuando me quedé huérfana, mi fuerza interior aumentó, porque reparé en la suerte que había tenido de tener esos padres. Me sentí feliz cuando se fue mi madre,  porque se quedó dormida, y mi padre, de igual forma. De Maribel, disfruté todo lo que pude, de ella y con ella.
 
Se que muchas personas no me entenderán, pero yo no me he sentido, ni me siento triste por mis pérdidas familiares, si no que me siento alegre por haberlos tenido en mi vida.
 
Tengo que decir, que es muy distinto cuando se va una persona, que es muy necesaria para sacar su familia adelante. Esos casos son muy lamentables, y hay que ayudar, para que los que quedan, vean las cosas siempre medido llenas.
 
Mi reflexión es que, debemos de estar preparados para saber que nacemos para morir. Disfrutar de nuestros seres queridos cuando estamos vivos, y después NO HAY QUE HUNDIRSE EN LA TRISTEZA, HAY QUE ESTAR CONTENTOS PORQUE LOS HEMOS CONOCIDO. Y ESO ES LO QUE NOS ENSEÑA EL PUEBLO AFRICANO 
 
 
 
 
 
 
 
 

No hay comentarios: